SIGLO
aion (aijwvn, 165), una edad, era (que debe relacionarse con aei, siempre, en lugar de con ao, respirar), significa un período de duración indefinida, o tiempo contemplado en relación con lo que tiene lugar en el período. El sentido que tiene la palabra no es tanto el de la longitud misma de un período, sino el de un período marcado por características espirituales o morales. Ello queda ilustrado por la utilización del adjetivo [véase Nota (1) más adelante] en la frase «vida eterna» en Joh_17:3, con respecto al creciente conocimiento de Dios. Las frases que contienen este término no debieran traducirse literalmente, sino en coherencia con su sentido de duración indefinida. Así eis ton aiona no significa «hasta la edad» sino «para siempre» (véase, p.ej., Heb_5:6). Los griegos contrastaban lo que llegaba a un fin con aquello que se expresaba con esta frase, lo cual muestra que con ello expresaban una duración sin fin. Aparece con la mayor de las frecuencias en el Evangelio de Juan, Hebreos y Apocalipsis. En ocasiones se traduce, erróneamente, «mundo». Es un término característico del Evangelio de Juan. «En griego, el sentido propio de (aijwvn), aion, es «eternidad». No voy a, entrar aquí en la cuestión de si tenemos que creer, como Aristóteles, que se deriva de (ajei; ei), aei einai, o, como otros escritores actuales, de (ai[w), aio, yo respiro, de donde derivaba el significado en Homero, Eurípides y otros autores, de vida y aliento; o posiblemente pueda tratarse de dos palabras diferentes, una de (ajei; w[n), aei on, la otra de (a[w) ao, aspiro, de donde provienen los dos sentidos tan diferentes. Lo cierto es que el término es utilizado de manera distintiva por Platón, Aristóteles y Filón (y, según los diccionarios, por Licurgo) como «eterno», en contraste con lo que es del tiempo teniendo comienzo y fin, como su significado propio y terminante. »Platón (Timeo, ed. Stef. 3,37, o ed. Baiter, Orell. y Winck, 712) dice, hablando del universo: «Cuando el padre que lo engendró [tanto Platón como Aristóteles consideran que el universo es un animal vivo, lo cual es demostrado por sus constantes movimientos; Filón también, siguiéndolos] percibió que la imagen hecha por él de los dioses eternos se movía y vivía, se agradó de su obra; y llevado por este agrado, pensó hacer su obra mucho más semejante a aquel primer ejemplar». Por lo tanto, así como aquel (el universo inteligible) es un animal (ser vivo) eterno (aji>vdion, aidion), del mismo modo se dedicó a hacer este universo (sensible) de tal modo con todo su poder. Así, la naturaleza del animal (ser vivo) era eterna (aijwvvio" aionios, antes (aji>vdio"), aidios), y esto era desde luego imposible adaptar a lo que era producido (tw`/ gevvhtw`/, to genneto, lo que tenía un principio); piensa hacer una imagen móvil de la eternidad (aionos), y al adorar los cielos hace de la eternidad permanente en unidad una cierta imagen eterna que se mueve en número, aquello que de hecho llamamos tiempo; esto es, días y noches, meses y años, que no existían antes que comenzara a ser el cielo; luego, al quedar este establecido, «obra el nacimiento de, ellos» (comenzar a ser, (gevnesi" aujtw`n) genesis auton). Después de desarrollar esto, dice (p. 38): «Pero estas formas de tiempo imitando a la eternidad (aijw`na, aiona), y girando alrededor según número, han tenido un comienzo (gevgonen, gegonen). Por ello el tiempo comenzó con los cielos, para que habiendo comenzado ellos con él puedan ser disueltos con él, si es que ciertamente vaya a haber una disolución de ellos, y según la pauta de la naturaleza eterna (diaiwniva", diaionias, en algunos mss., aioniou o aionias), con el fin de que pueda ser tan parecido a ella como sea posible. Porque esta pauta existe desde toda la eternidad (pavnta aijw`na ejstin o[n, panta aiona estin on), pero por otra parte, aquello que es perpetuo (dia; tevlou", dia telous), a través de todo el tiempo ha tenido un principio, y es, y será». Luego prosigue discurriendo acerca de las estrellas y de los planetas, etc., como cosas relacionadas con lo que fue creado en el tiempo. Es imposible concebir cualquier afirmación más positiva de que (aijwvn, aion), es distinto y está en contraste con aquello que tiene un principio y que por ello pertenece al fluir del tiempo. Así, (aijwvn, aion), es lo que es propiamente eterno, en contraste con una imitación divina de ello mismo en edades temporales, como resultado de la acción creadora de Dios, que imitó lo increado tan aproximadamente como pudo hacerlo en las edades creadas. Hay una cuidada oposición entre eternidad y edades; y también (aijwvn, aion y también aijwvnio", aionios) significan lo primero en contraste con edades. »Cito a continuación de Aristóteles, (peri; oujranou`), peri ouranou, 1,9, (ed. Bekker, 1, 279): «El tiempo», dice él, «es el número del movimiento, pero no hay movimiento sin un cuerpo físico. Pero fuera del cielo se ha mostrado que no hay ni puede posiblemente venir a la existencia ningún cuerpo. Es evidente que afuera no hay ni lugar, ni vacío, ni tiempo. Por ello tampoco en ningún lugar allí la naturaleza forma cosas; ni tampoco el tiempo las hace envejecer; tampoco hay cambios en aquellas cosas que se encuentran más allá de la órbita mas exterior; al contrario, siendo inmutables y no sometidas a ninguna influencia, poseyendo la mejor y más independiente vida, se mantienen por toda la eternidad (aijw`na, aiona). Porque esta expresión (nombre) ha sido divinamente pronunciada por los antiguos; porque la integridad que abarca el tiempo y la vida de cada una de ellas, fuera de las cuales nada hay, según la misma naturaleza, recibe el nombre de el (aijwvn), aion, de cada.. Según la misma palabra (lovgon, logon), la plenitud de todo el cielo, y la plenitud que abarca todo tiempo e infinitud es (aijwvn), aion, habiendo recibido este nombre por existir para siempre (ajpo; tou` ajei; ei, apo tou aei einai), inmortal (ajqavnato", athanatos, que no muere), y divino». En 10 pasa a mostrar que el hecho de comenzar a ser involucra el no existir siempre, que aquí cito para mostrar qué es lo que él quiere decir con (aijwvn, aion. Con ello está demostrando la inmutable eternidad del universo invisible. No es esta mi postura; pero sí que con ello se muestra qué es lo que él significa por eternidad (aion). No puede ser (aji>vdio"), aidios, y (genevsqai), genesdai, al mismo tiempo, cuando, como en Platón, (aji>vdio"), aidios, es utilizado como equivalente de (aijwvnio"), aionios, Aristóteles no sigue los pensamientos abstractos de Platón acerca de las ideas, y del (paravdeigma), paradeigma, de lo que es visible, siendo esto último una imagen producida de los (paravdeigma), paradeigma, eternos. Se apoya más en lo que es conocido por los sentidos, haciendo de ello la cosa eterna en sí misma. Pero el sentido de (aijwvn), aion, es para ambos cosa resuelta; en cuanto a la explicación de Aristóteles acerca de la utilización de (aijwvn), aion, para lo finito, hace ya tiempo que no dudo de su veracidad: se trata de la plenitud de la existencia de una cosa, de forma que en base de su existencia natural nada hay fuera ni más allá de ella. Engloba todo el ser de la cosa. »En cuanto a Filón, la sentencia se encuentra en De Mundo,¶7, (ejn aijw`ni de; ou[te parelhvluqen oujdevn, ou[te mevllei, ajlla; movnon uJfevsthken), en aioni de oute pareleluthen ouden, oute melei, ala monon ufesteken. Esta definición no precisa de ninguna explicación: en la eternidad nada es pasado, nada está a punto de ser, sino solo subsiste. Esto tiene la importancia de que es contemporáneo a la fecha y con el griego helenista del Nuevo Testamento, dando los anteriores el sentido regular y al mismo tiempo filosófico de la palabra, (aijwvn, aijwvnio"), aion, aionios. Su sentido propio es eternidad, inmutable, sin «fue» ni «será», y puede aplicarse a la existencia completa de una cosa, de manera que nada de su naturaleza era verdadera antes ni después, (to; tevlo" to; perievcon), to telos to pereikon. Pero su significado es eternidad y eterno. Que este es el sentido propio de (aijwvnio"), aionios en la Escritura es cosa tan cierta que es patente por sí misma. En 2 Corintios 4.18 tenemos (ta; ga;r blepovmena provskaira, ta; de; mh; blepovmena aijwvnia), ta gar blepomena proskaira, ta de me blepomena aionia, aionia, esto es, se contrastan de un modo expreso las cosas temporales con (aijwvnia), aionia, que no son para un tiempo, sea edad o edades, sino eternas. Nada puede ser más decisivo de su positivo y específico significado» (J. N. Darby, en «On the Greek Words for Eternity and Eternal», The Bible Treasury, Vol. 12 (Junio, 1878), p. 94-95). Notas: (1) Aionios, adjetivo que se corresponde con aion (véase cuerpo del artículo precedente), es puesto en contraste con proskairos, lit., «por una sazón» (2Co_4:18). Se utiliza de aquello que es por naturaleza interminable, como, p.ej., de Dios (Rom_16:26), su poder (1Ti_6:16), su gloria (1Pe_5:10), el Espíritu Santo (Heb_9:14), redención (Heb_9:12), salvación (5.9), vida en Cristo (Joh_3:16), el cuerpo de resurrección (2Co_5:1), el futuro gobierno de Cristo (2Pe_1:11), que es declarado como que «no tendrá fin» (Luk_1:33), del pecado que nunca tiene perdón (Mc 3.29), del juicio de Dios (Heb_6:2), y del fuego, uno de sus instrumentos (Mat_18:8; 25.41; Jud_7). Véanse ETERNO bajo ETERNIDAD, B, Nº 2, SEMPITERNO, SIEMPRE. (2) En Rev_15:3, la VM traduce «Rey de los siglos», siguiendo textos que tienen aionon; en RV, RVR, RVR77: «Rey de los santos» (jagion, en TR). Hay buena evidencia de mss. para ethnon: «naciones», lectura seguida por Besson, VHA, LBA; se trata probablemente de una cita de Jer_10:7: (3) Biotikos, adjetivo («de esta vida»), se traduce «las cosas de este siglo» (1Co_6:3, RV); «de cosas de este siglo» (v. 4). Véase VIDA. (4) Para genea: «siglos» en Eph_3:5 (RV; RVR: «generaciones»), véase GENERACIÓN, Nº 1. (5) Para kosmos, traducido «siglo» en 2Co_7:10 (RV), véase MUNDO, A, Nº 1.